Bodegas Barbadillo lanza su nueva marca de manzanilla denominada Nave Trinidad. La bodega sanluqueña conoce y trabaja con maestría los códigos de la crianza biológica del vino. Por este motivo ha decidido que es el momento de asumir un nuevo reto: llevar al gran público una nueva Manzanilla en rama, sin necesidad de caer en la exigencia técnica que pueden ofrecer otras propuestas en rama de la casa como Pastora, Solear en rama Saca Estacional o Arboledilla Levante – Poniente.
Nave Trinidad es una manzanilla en rama de edad media que busca conquistar al consumidor moderno, ofreciéndose como una vía de entrada amable y comprensible al mundo de la crianza biológica sanluqueña.
Montse Molina, enóloga de Bodegas Barbadillo, ha utilizado diferentes vinos de crianza biológica para la creación de la nueva solera, predominando la selección de botas de la bodega de El Toro.
Montse Molina ha comentado: “La manzanilla Nave Trinidad es un vino de equilibrado carácter biológico, una Manzanilla elegante, rica, equilibrada, sabrosa y sugerente dentro de sus cuatro años de edad”.
Armando Guerra, responsable de “Descomunales vinos comunes” añade: “Nave Trinidad es la puerta de entrada a la Manzanilla; una iniciación amable y divertida aun sin renunciar al carácter propio de las crianzas medias”.
El diseño de la primera etiqueta de Trinidad ha corrido a cargo del pintor sanluqueño Marco Oliva. Su propuesta busca conectar con el espíritu joven y descarado del nuevo vino. Además, Trinidad es nombre de mujer, cumpliendo con la regla histórica no escrita de que las manzanillas han de recibir nombres femeninos.
Nueva aventura con una mirada a los orígenes
La Trinidad era uno de los 5 buques que partieron de Sanlúcar con Magallanes en 1519 y también es el nombre de una de las 4 naves que conforman la bodega fundacional de Barbadillo: El Toro.
Corría el año 1821 cuando Benigno Barbadillo llegaba a Sanlúcar y decidía introducirse en el floreciente negocio bodeguero, adquiriendo la bodega de El Toro. Una bodega de cuadro, como marcaban los cánones arquitectónicos de la época, formada por cuatro naves independientes entre sí, articuladas alrededor de un patio central, cada una de ellas con nombre y condiciones de crianza propias. Precisamente una de estas naves lleva por nombre Trinidad, como la capitana de la primera vuelta al mundo, este ha sido el lugar escogido para la crianza de esta nueva aventura de Bodegas Barbadillo.